viernes, 13 de noviembre de 2015

Transferencia y contratransferencias

La transferencia es una herramienta aunada al trabajo psicoterapéutico, al psicoanálisis por excelencia. Esta es la herramienta central de los tratamientos psicodinámicos. Freud describo y considero en 1912 que la repetición aparece en la transferencia como una resistencia al recuerdo. En 1926 redefinió la transferencia como una necesidad o deseo de repetir.
La mayoría de autores freudianos concuerdan en que la transferencia y la repetición son fenómenos inseparables de la situación analítica, estos se pueden enfatizar en la vivencias tempranas de origen traumático que la repetición actualiza, algunos otros autores remarcan la repetición como un recordad y actuar en la transferencia y como una manera de reproducir en el aquí y ahora las creencias, conflictos, estructuras inconclusas por mencionar algunos ejemplos. En 1905 Freud expreso que las transferencias son reediciones, recreaciones de las emociones y fantasías que en el análisis se despiertan y hacen conscientes pero donde lo  característico es la sustitución de una persona anterior por la persona del analista. Entonces entendemos que la transferencia como un tipo de relación objetal. Lo que la distingue es el tener por una persona sentimientos que no le corresponden y que en realidad se aplican a otra. Es decir se reacciona ante una persona presente como si fuera una del pasado. Es decir la repetición de una relación objetal antigua, por lo cual se le considera un fenómeno inconsciente. La transferencia entonces puede apreciarse en forma de sentimientos, pulsiones, deseos, temores, fantaseos, actitudes e ideas o defensas contra ellos. Las personas causantes de la relación de trasferencia son personajes importantes y significativos de la primera infancia es decir padres, educadores, dispensadores de amor, comodidad y castigo, hermanos y hermanas por mencionar algunos ejemplos.
La reacciones de transferencia se pueden basar de figuras posteriores y aun de la actualidad, aunque estos últimos se formaron a partir de la figuras primarias, estas ideas se encuentran a nivel de la fantasía y resultan inexorables es decir son totalmente internas, por lo cual el paciente le resulta imposible no relacionarse con el terapeuta de la misma forma que se ha relacionado según sus patrones o esquemas fijados. Por último se puede hablar de una pretransferencia la cual manifiesta en las esperanzas, temores, expectativas del entrevistado y su presentación en conjunto tanto dentro de la primera sesión como previa a ella.
La contratransferencia durante el desarrollo del psicoanálisis ha ido cambiando, pasando de ser un obstáculo a convertirse en una herramienta terapéutica primordial, Freud en 1910 y 1915 dio el término a la reacción inconsciente del analista a su paciente, como resultado de los propios conflictos inconscientes no resueltos del analista. La consideraba como una intrusión inoportuna. En sí, en un sentido amplio, la contratransferencia se ve como el conjunto de estados emocionales que tiene el analista dentro del tratamiento y el punto importante es comprender y diferenciar si lo que le sucede al analista depende del paciente, de el mismo o de la interacción entre ambos. El análisis de la contratransferencia consiste en la introspección del analista, quien trata de entender sus propios estados de ánimos y sus fantasías, relacionándolos con los comentarios y actitudes del paciente, con lo cual el terapeuta debe ser capaz de reconocer su ecuación personal para tratar de diferenciar lo propio de lo ajeno.
Racker, dividido  a la contratransferencia en complementaria y concordante. La concordante consiste en la identificación, del analista con el paciente, es decir, el analista sentirá las emociones que corresponden a lo que siente el pacientes, es la respuesta empática al relato que escucha y al recibir todos los afectos que se le trasmiten por distintos canales de comunicación.
Margolis por su parte menciona que las reacciones contratransferenciales que sobreviven y duplican el estado emocional del paciente ayudan al analista a comprender a aquel y a mantenerse en contacto con sus estados intrapsiquicos. Si en el proceso son reactivados los conflictos neuróticos del analista, este puede caer en una contra identificación con el paciente que sea excesiva y lo lleve a una situación contra identificación con el paciente que sea excesiva y lo lleve a una situación inmanejable bajo la influencia del paciente más que del terapeuta mismo, quedando atrapado en reacciones de transferencia-contratransferencia inmanejables. Estas reacciones caen en lo que racker llama contratransferencia complementaria.
La identificación proyectiva se da cuando el paciente fuerza partes de su mente dentro del analista y  si este no lo advierte actuara esas emociones. El paciente trata de repetir su historia promoviendo que el otro actué como, los objetos primarios actuaron en su momento y esa inducción muy probablemente se realizara en forma similar en diferentes terapeutas.
Spotnitz ahondo sobre la reacciones contratransferenciales concordantes y complementarias, a las que denomino objetiva y subjetiva. La primera verdaderamente refleja la identificación actual y la regresión empática del analista / entrevistador con el paciente. Por su parte los subjetivos  también son en su mayoría inducidos por los sentimientos transferenciales del paciente. Estas provocan acting out y otras reacciones.
Por último se menciona la transferencia como un concepto neutro de la transferencia y contratransferencia, es decir la relación terapéutica en la que cada parte reconoce lo suyo y con esto se llega a un fin terapéutico.

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